FICHA DE LA ACTIVIDAD
CURSO:
NOMBRE DE LA ACTIVIDAD : Déjame que te cuente, déjame que te ayude
OBJETIVOS |
· Reflexionar acerca de que nuestras acciones, grandes o pequeñas, pueden influir y marcar positivamente la vida de los demás. · Descubrir las necesidades del “otro”. · Vivenciar con el grupo clase el hecho de “ayudar y dejarme ayudar.” · Trabajar el valor de dar y recibir. · Crear un clima en clase cálido, de cercanía y cooperación. · Fomentar el sentido de Comunidad Educativa y las relaciones entre sus diferentes miembros. |
DESARROLLO |
Esta actividad se puede desarrollar en una, dos o tres tutorías dependiendo de hasta dónde el tutor quiera llegar y cuáles son sus objetivos con el grupo. Se puede extender a lo largo del trimestre.
Pensar y escribir de forma breve una experiencia personal en la que hemos sido ayudados por otros. Si es posible, escribirlo en forma de “cuento breve o relato”. Motivarles haciendo que piensen en algo significativo que una persona sea conocida o no, ha hecho por ellos que les ha hecho bien o les ha ayudado.
- Buscar y pensar acciones sencillas y concretas que de forma individual se pueda emprender para hacer bien a un compañero/amigo/hermano/profesor/personal no docente de tu clase y/o colegio. Escribir en un papel esas acciones y hacia quién van destinadas. Para no perderse, sería conveniente que esta lista no fuera muy extensa. Por ejemplo, limitarlo a 5 personas como máximo. - Para que ningún compañero/a se quede fuera, se pueden poner los nombres de todos en papelitos y coger uno cada alumno. Con ese compañero/a se emprenderá alguna acción-detalle. Luego libremente, cada uno añade a su lista a más compañeros de la clase, profesor, hermano o personal no docente. - El tutor recogerá la hoja de cada uno y las archivará sin leerlas. Tampoco se leerá en alto, para conservar el “juego-sorpresa” a lo largo del trimestre. La propuesta es que se pongan a funcionar cuanto antes poniendo en práctica lo que han decidido. - Recordarles de vez en cuando durante la evaluación que hay que estar en marcha, sensibles a lo que recibimos de los demás y pendientes de cumplir con los propósitos. - Al final del trimestre, en una tutoría, se pueden revisar y comentar cómo se han sentido y qué han vivido. Si han experimentado lo que significa “dar y recibir”. Se puede dejar ahí o dependiendo del clima y de la cercanía que se haya creado, que dada uno comente qué ha “dado” y qué cree que ha recibido. Es el momento de desvelar el secreto. - Si se hace este último apartado, el tutor tiene que cuidar el ambiente, los comentarios, que haya sensibilidad, respeto, reconocimiento y buen sentido del humor. “Quizá alguno se haya propuesto saludar todas las mañanas con alegría….y el que recibe está demasiado dormido para captarlo”. Trabajar la importancia de los pequeños detalles en las relaciones interpersonales. |
MATERIALES |
CUENTO “Carpintería El Siete” Era una pequeña casucha, casi un ranchito en las afueras de la ciudad. Delante tenía un pequeño taller con algunas máquinas y herramientas, dos habitaciones, una cocina y un rudimentario baño detrás… Sin embargo, Joaquín no se quejaba. Durante los dos últimos años, el taller de carpintería El Siete se había hecho conocido en el pueblo y él ganaba suficiente dinero como para no tener que recurrir a sus escasos ahorros. Esa mañana, como todas, se levantó a las seis y media para ver salir el sol. No obstante, no pudo llegar al lago. Por el camino, a unos doscientos metros de su casa, casi tropezó con el cuerpo herido y maltrecho de un joven. Con rapidez, se arrodilló y acercó su oído al pecho del joven…Débilmente, allá en el fondo, un corazón luchaba por mantener lo que quedaba de vida en ese cuerpo sucio y maloliente por la sangre, la mugre y el alcohol. Joaquín fue a buscar una carretilla sobre la que cargó al joven. Al llegar a casa tendió el cuerpo sobre su cama, cortó las raídas ropas y lo lavó cuidadosamente con agua, jabón y alcohol. El muchacho, además de estar borracho, había sido golpeado salvajemente. Tenía cortes en las manos y en la espalda, y su pierna derecha estaba fracturada. Durante los dos días siguientes, toda la vida de Joaquín se centró en la salud de su obligado huésped: curó y vendó sus heridas, entablilló su pierna y alimentó al joven con pequeñas cucharadas de caldo de pollo. Cuando el joven despertó, Joaquín estaba a su lado mirándolo con ternura y ansiedad. -¿Cómo estás?-preguntó Joaquín. -Bien…creo -respondió el joven mientras miraba su cuerpo aseado y curado-. ¿Quién me ha curado? -Yo. -¿Por qué? -Porque estabas herido. -¿Sólo por eso? -No, también porque necesito un ayudante. Y ambos rieron con ganas… Bien comido, bien dormido y sin haber bebido alcohol, Manual, que así se llamaba el joven, recuperó las fuerzas enseguida. Joaquín intentaba enseñarle el oficio y Manuel intentaba rehuir el trabajo todo lo que podía. Una y otra vez, Joaquín intentaba inculcar en aquella cabeza deteriorada por la vida disoluta las ventajas del buen trabajo, del buen nombre y de la vida honesta. Una y otra vez, Manuel parecía que le entendía, y dos horas o dos días después, volvía a quedarse dormido o se olvidaba de cumplir con la tarea que Joaquín le había encomendado. Pasaron meses, y Manuel estaba completamente recuperado. Joaquín había destinado a Manuel la habitación principal, una participación en el negocio y el primer turno de baño, a cambio de la promesa del joven de dedicarse al trabajo. Una noche, mientras Joaquín dormía, Manuel decidió que seis meses de abstinencia eran suficientes y creyó que una copa en el pueblo no le haría daño. Por si Joaquín se despertaba por la noche, cerró la puerta de su habitación desde dentro y salió por la ventana, dejando la vela encendida para que diera la impresión de que estaba allí. A la primera copa siguió la segunda, y a ésta la tercera, y la cuarta y otras muchas… Cantaba con sus compañeros de borrachera, cuando pasaron los bomberos por la puerta del bar haciendo sonar la sirena. Manuel no asoció este hecho con lo que estaba pasando hasta que, de madrugada, tambaleándose, llegó a la casa y vio la muchedumbre reunida en la calle… Sólo alguna pared, las máquinas y algunas herramientas se salvaron del incendio. Todo lo demás quedó destruido por el fuego. De Joaquín sólo encontraron cuatro o cinco huesos chamuscados que enterraron en el cementerio bajo una lápida donde Manuel hizo grabar el siguiente epitafio: “¡Lo haré, Joaquín, lo haré!” Con mucho trabajo, Manuel reconstruyó la carpintería. Él era vago, pero hábil y lo que había aprendido de Joaquín le sirvió para llevar adelante aquel negocio. Siempre tenía la sensación de que, desde algún lugar, Joaquín lo miraba y le animaba. Manuel lo recordaba en cada logro: su boda, el nacimiento de su primer hijo, la compra de su primer coche… A quinientos Kilómetros de allí, Joaquín, vivito y coleando, se preguntaba si era lícito mentir, engañar y prenderle fuego a aquella casa tan bonita sólo para salvar a un joven. Se contestó que sí, y se rió de sólo pensar en la policía del pueblo que había confundido huesos de cerdo con huesos humanos… Su nueva carpintería era un poco más modesta que la anterior, pero ya era conocida en el pueblo. Se llamaba El Ocho. REFLEXIONES SOBRE EL CUENTO DEL PROPIO AUTOR A veces la vida nos pone difícil ayudar a alguien. No obstante, si existe una dificultad que vale la pena afrontar, es la de ayudar a otro. Esto no es un deber “moral” ni algo parecido. Es una lección de vida que cada uno puede hacer en su momento y en la dirección que desee. El ser humano libre y que se conoce a sí mismo es generoso, solidario, amable y capaz de disfrutar por igual del dar y del recibir. Cada vez que te encuentres con aquellos que se miran el ombligo, no los odies: ya bastantes problemas deben tener consigo mismos. Cada vez que te descubras en actitudes mezquinas, ruines o pequeñas, aprovecha para preguntare qué te está pasando. Te garantizo que el algún lugar erraste el rumbo. Tanto el cuento como la reflexión son del libro “Déjame que te cuente” de Jorge Bucay PREGUNTAS PARA TRABAJAR EN PEQUEÑOS GRUPOS
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OBSERVACIONES |
Se puede hacer en 1, 2 3 o 4 sesiones, dependiendo del grupo, y del objetivo que se quiera trabajar en tutoría. Está pensada si se quiere para que tenga prolongación a lo largo del trimestre como hilo conductor, o, se puede dar una duración más limitada en el tiempo: 1 o 2 semanas si se valora que así se mantiene más centrado el interés. |
EVALUACIÓN |
Consecución de objetivos: SI NO Adecuación de la actividad: SI NO Participación: Mucha Normal Poca Nada Material: Adecuado Inadecuado Observaciones: |
